La baraja del Tarot consiste en 78 cartas. Cincuenta y seis de ellas, llamadas los Arcanos Menores, están subdivididas en cuatro palos o suites, numeradas del 1 al 10 y con cuatro figuras: la Sota o Paje, el Caballo o Caballero, la Reina y el Rey. Los palos son: bastos, copas, espadas y pentáculos u oros. Evidentemente, son el origen de las cartas que conocemos actualmente, tanto las de la baraja española como de la inglesa.
Las otras 22 cartas constituyen los Arcanos Mayores, y están numeradas del I al XXI (en numeración romana), con las siguientes figuras:
I. El Mago.
II. La Sacerdotisa o Papisa.
III. La Emperatriz.
IV. El Emperador.
V. El Sacerdote o Papa.
VI. Los Amantes.
VII. El Carro.
VIII. La Justicia.
IX. El Ermitaño.
X. La Rueda de la Fortuna.
XI. La Fuerza.
XII. El Colgado o Ahorcado.
XIII. La Muerte.
XIV. La Templanza.
XV. El Diablo.
XVI. La Torre.
XVII. La Estrella.
XVIII. La Luna.
XIX. El Sol.
XX. El Juicio.
XXI. El Mundo.
La carta número 22 es el Loco, y no está numerada, por lo que algunos autores le atribuyen el número 0. Puede colocarse al principio o al final de la serie, y es la que dio origen, en los juegos de cartas modernos, al joker o comodín.
Aunque esta es la forma básica de la baraja, y evidentemente todas las cartas de Tarot se atienen a ella, hay muchas variaciones en su expresión gráfica, fruto de la imaginación de sus respectivos autores. Las diferencias más habituales se hallan en los Arcanos Menores: en las barajas más sencillas, el dibujo se limita a reproducir el número de palos o suites, mientras que otras, más elaboradas, adjuntan además dibujos alusivos a su significado. Estas últimas, por supuesto, son las más interesantes, al menos para el principiante, aunque los verdaderos especialistas en el Tarot las desdeñan, diciendo que la persona realmente versada en el arte del Tarot no necesita de ningún recordatorio.
A mí desde siempre la consulta del Tarot me ha ayudado muchísimo.